Foto:  www.facebook.com 
                    
                  CÉSAR AGISTÍN TALLEDO  SAAVEDRA 
                    (  PERÚ   ) 
                    
                  Nasceu  em Zorritos Tumbes, Perú, em 1949. 
                  Estudou  Arquitura e Urbanismo ne UNFV (Lima) e esteve vinculado à boemia limenha  durante sua estada na Capital.  Apesar de  sua extensa produção literária, sua obra não foi publicada em forma completa.  A partir do ano 2004, por motivos de trabalho,  chegou a residir em Supe Puerto, vinculando-se com escritores da Casa del  Poeta, filial Barranca. 
                    
                  TEXTOS EN ESPAÑOL  -   TEXTOS EM PORTUGUÊS 
                    
                  
                  BENDITO SEA TU CUERPO. Resumen  del 1er Concurso Mundial de Poesia Erótica – Perú, 2007.  Compilador: José  Guillermo Vargas. Lima, Peru: Ediciones Ventana Andina, 2008.  358 p.    15 x 21 cm.  No. 10 735                       Ex. biblioteca de  Antonio Miranda 
                    
                  De  sueños el alma se siente humana 
                    El deseo da vida a voces de íntimo dolor 
                    Lo sensual enciende la noche de pasión 
                    El placer se plasma en tu vulva lozana 
                  CÉSAR AGISTÍN TALLEDO SAAVEDRA 
                    
                  LAS CUATRO ESTACIONES DEL PLACER 
                     
                    Al celebrar el acto del amor 
                      es un enigma a los  sentidos, 
                      beber de la fuente del  deseo 
                      en intimo ritual del  erotismo 
   
                      De querer alcanzar a  plenitud 
                      la gloria del goce sensual  / divino, 
                      se deben olvidar preceptos  y tabúes 
                      en armonioso y tierno  quehacer. 
                       
                      Dejar libre de albedrío al  estar juntos, 
                      el placer de la carne y el  deseo del libido. 
   
   
    PRIMERA  ESTACION 
   
      En el  preludio de sensuales caricias 
                      cuando hacemos el amor 
                      El falo enhiesto, arrogante  e indómito 
                      perturba tus sentidos, tu  cáliz lozano.T 
                      us manos aprisionan en el  dulce fruición 
                      juegan con él, lo seducen  tiernamente. 
                      Luego…  lento, muy lento lo besas en unción, 
                      lastimas de ternura,  succiones plácidamente. 
   
                      Tu cabeza reposa sumergida en el  valle de espigas 
                      que retozan con tu aliento. 
                      Extasiada tu mirada, contempla en  intima soledad. 
                      Tu libidinosa inocencia lo abraza en  silencio, 
                  de lujuria y lasciva ansiedad. 
                   
                     
                    SEGUNDA  ESTACIÓN 
   
                      En el paisaje exótico de tu costa  desolada. 
                      tu amorosa cucarda existe:  voluptuosa, 
                      recóndita. Sensual percepción del  éxtasis, 
                      templo hedonista de tierna  adoración. 
                      Ahí mis labios sedientos de  inefable amor 
                      profanan de sueños y lúcidas  pasiones. 
                      Mí lengua se adormece en tu  madriguera 
                      trémula de placer, poseída de  ensueño.            
                  Tu carne palpita embriagada  del deseo, 
                    tus ojos expresan la mar en lo  infinito. 
                    Mis labios surcan el delta 
                    que nace en la oquedad de tus  muslos 
                    y va a morir a la sombra de tu  regazo, 
                    en la húmeda floración de tus  sueños. 
                    Tus piernas se anudan de gozoso embeleso 
                    ocultando mi rostro en tu cálido  aposento. 
   
   
                  TERCERA  ESTACIÓN  
                  Tu cuerpo en la  intimidad de la noche 
                    se desinhibe de banales  ilusiones, 
                    suspira a la luz del deseo,  estremece de placer 
                    gime y llora de angustia, en  excitante frenesí. 
                    Siente el latir de aquel extraño impúdico 
                    que riega extasiado su impronta 
                    en la obscura senda del goce  supremo 
                    de la  carne 
                    del fuego, de la pasión. 
   
                    La simiente tibia, sagrada,  amielada 
                    discurre en tus labios internos 
                    hasta hacerse semilla y echar  raíce 
                    es en gotas de abnegado amor. 
                    Tu desnudez ilumina la estancia  sombría 
                    se llena de eternidad. 
                    Se inmortaliza en tu vientre la  vida 
                    la supremacía del ser, el verbo  de Diós. 
   
   
                    CUARTA ESTACIÓN 
   
                    La silueta convexa que se dibuja en tu  dorso 
                    inspira de tórrida pasión mis sentidos, 
                    su surco delinea la mórbida esbeltez de  tus colinas, 
                    la hermosura de dos lunas en el páramo  de tu cuerpo. 
                    Mis labios saborean tu lúbrica bondad 
                    la esparcen el infinito de tus muslos, 
                    de llegar al ocaso de tu valle sagrado 
                    en lucido incitar a mis anhelos. 
   
                    Querer ir mas allá de mi obcecado deseo 
                    amanecer en el pliegue de tus cumbres  carnosas 
                    arribar al alba de tu puerto 
                    sentir tu intimo latido 
                    la tibieza de  tu piel lacerada 
                    la angustia de tu dolor. 
   
   
                     EMBELESO 
                     
                   Tu cabellera al viento      desorbitada  
                    primorosa         en arabescos lujuriosos 
                    El lenguaje cósmico de tu cuerpo 
                    La playa parturiente de recuerdos 
   
                    El fuego de la tarde en alas de misterio 
                   
                    El oleaje de tu voz en estrépitos  gemidos. 
                    A lo lejos 
                    médanos de arena 
                    semejan un laberinto 
                    de senos virtuales 
                    frescos / carnosos. 
                    Exótica ilusión de mi lúbrico instinto 
                    moldeando la geometría de tus carnes. 
                    El esplendor de tu mirada lasciva 
                    Tus muslos mórbidos en reposo 
                    Tu vulva lozana de mi pasión cautiva 
                    La brisa cómplice de gozo 
                    se adentra en la cueva onírica de tus  colinas, 
                    en sus aguas navegan mis afiebrados  labios 
                    hasta llegar a la orilla de tus  acantilados 
                    remando insondable con mi lengua  libertina. 
                    Te amo, susurraba a tus oídos 
                    y el crepúsculo se encendía 
                    en la aurora de tus sueños. 
   
                    Te quiero recitaba tu voz voluptuosa 
                    y mi sombra se arrullaba 
                    en la dulzura de tu desnudez. 
                    Tu silueta desnuda cabalgando en la  arena 
                    El sol agonizante en lo infinito de tu  cascada 
                    El deseo la sierpes fornicando tu  seductora belleza 
                    Morbosa ansiedad en la siembra del  jinete enardecido 
                    Llega la hora del solaz orgasmo 
                    el ritual de fecundar tu vientre 
                    de arar en tu surco, de tenerte 
                    de danzar insidioso en tu altar 
                    y socavar tu veleidosa intimidad. 
                    El placer absorto en tus ojos gitanos 
                    se dilata en la inmensidad del tiempo, 
                    la mar encrespada llega sumisa a tu  cuerpo 
                    humedece la rosa calcinada de tu huerto 
                    la soledad obscena perturba el silencio 
                    en tenues quejidos que exhala de  orgasmos. 
                    El embrujo en brazos de la sensual noche 
                    La caricia sutil       la agonía de tu voz 
                    El rito consumado       la nostalgia del adiós 
                    El placer de la carne se adormece de  goce. 
                    
                   
                   
                    TEXTOS EM PORTUGUÊS   
                      Tradução de ANTONIO MIRANDA  
                       
                         
                        De sonhos a alma se sente humana 
                          O desejo da vida a vozes de íntima dor 
                          O sensual acende a noite de paixão 
                          O prazer se plasma em tua vulva exuberante 
CÉSAR AGISTÍN TALLEDO  SAAVEDRA 
                    
                  AS QUATRO ESTAÇÕES DO PRAZER 
                   
                    Ao celebrar e ato do amor 
                      é um enigma aos sentidos, 
                      beber da fonte do desejo 
                      em íntimo ritual do  erotismo 
   
                      De querer alcançar a  plenitude 
                      a glória do gozo sensual /  divino, 
                      deve-se olvidar preceitos e  tabus 
                      em harmonioso e suave o  que fazer. 
                       
                      Deixar livre de arbítrio ao  estarem juntos, 
                      o prazer da carne e o desejo  do libido. 
                    
                  PRIMERA ESTAÇÃO 
                     
                    No preludio de sensuais  carícias 
                      quando praticamos o amor 
                      O falo nisto, arrogante e indômito 
                      perturba teus sentidos, teu cálice  exuberante. 
                   Tuas  mãos prendem na doce fruição 
                    brincam com ele, o seduzem suavemente. 
                    Logo…  lento, muito lento o beijas em união, 
                    lástimas de ternura, chupar  placidamente. 
   
                    Tua cabeça repousa submersa no vale  de espigas 
                    que brincam com teu alívio. 
                    Extasiada teu olhar, contempla em íntima  solidão. 
                    Tua libidinal inocência o abraça em  silêncio, 
                  de lúbrica e lasciva ansiedade. 
                    
                   SEGUNDA  ESTAÇÃO 
                     
                    Na paisagem exótica de tua costa  desolada. 
                    tua amorosa guarda existe:  voluptuosa, 
                    recôndita. Sensual percepção do êxtase, 
                    templo hedonista de suave adoração. 
                    Aí meus lábios sedentos de inefável  amor 
                    profanam de sonhos e lúcidas paixões. 
                    Mina língua se adormece em tua toca 
                    trêmula de prazer, possuída de devaneio.            
                   Tua carne palpita embriagada de desejo, 
                    teus olhos expressam o mar no  infinito. 
                    Meus lábios cruzam o delta 
                    que nasce na cavidade de teus músculos 
                    e vai morrer à sombra de teu regaço, 
                    na úmida floração de teus sonhos. 
                    Tuas pernas se amarram de gozar e embelezar  
                    ocultando meu rosto em teu cálido  aposento. 
                    
                   TERCEIRA ESTAÇÃO 
                   Teu  corpo na intimidade da noite 
                    se desinibe de banais ilusões, 
                    suspira a luz do desejo,  estremece de prazer 
                    geme e chora de angústia, em  excitante frenesi. 
                    Sente o pulsar daquele estranho indecente 
                    que rega extasiado sua estigma 
                    na obscura senda do gozo supremo 
                    da carne 
                    do fogo, da paixão. 
   
                    A semente morna, sagrada, de mel 
                    decorre em teus lábios internos 
                    até tornar-se semente a fixar raiz 
                    é em gotas de abnegado amor. 
                    Tua desnudez ilumina a estância  sombria 
                    se enche de eternidade. 
                    Se perpetua em teu ventre a vida 
                    a supremacia do ser, o verbo de  Deus. 
                    
                  QUARTA ESTAÇÃO 
                     
                    a silhueta convexa que se desenha em teu  dorso 
                    inspira de tórrida paixão os meus  sentidos, 
                    seu sulco delineia a mórbida esbeltez de  tuas colunas, 
                    a formosura de duas luas no páramo de teu  corpo. 
                    Meus lábios saboreiam tua marota bondade 
                    espalham o infinito de teus músculos, 
                    de chegar ao ocaso de teu vale sagrado 
                    em lúcido incitar a meus desejos. 
   
                    Querer ir além de meu obcecado desejo 
                    amanhecer na dobra de tus cumes carnosas 
                    chegar à aurora de teu porto 
                    sentir teu intimo pulsar 
                    a tibieza de tua  pele dilacerada 
                    a angústia de tua dor.  
                    
                  EMBELEZAR 
                  Tu cabeleira ao vento     desorbitada  
                    primorosa         em arabescos luxuriosos 
                    A linguagem cósmica de teu corpo 
   A praia parturiente de lembranças 
   
                    O fogo da tarde em asas de mistério 
                    O surfar de tua voz em rumores gemidos. 
                    Lá longe 
                    dunas de areia 
                    parecem um labirinto 
                    de seios virtuais 
                    frescos / carnosos. 
                    Exótica ilusão de meu lascivo instinto 
                    modelando a geometria de tuas carnes. 
                    O esplendor de teu olhar lascivo 
                    Teus músculos mórbidos em repouso 
                    Tua vagina rosada de minha paixão cativa 
                    A brisa cúmplice de gozo 
                    adentra na cova onírica de tuas colinas, 
                    em suas águas navegam meus ferventes lábios 
                    até chegar à margem de teus penhascos 
                    remando insondável com minha língua  libertina. 
                    Te amo, sussurrava aos teus ouvidos 
                    e o crepúsculo se incendia 
                    na aurora de teus sonhos. 
   
                    Eu te quiero recitava tua voz voluptuosa 
                    e minha sombra se ninhava 
                    na doçura de tua desnudez. 
                    Tua silhueta desnuda cavalgando na areia 
                    O sol agonizante no infinito de tua  cascata 
                    O desejo cobra fornicando tua sedutora  beleza 
                    Morbosa ansiedade na  semeadura do ginete excitado 
                    Chega a hora do consolável orgasmo 
                    o ritual de fecundar teu ventre 
                    de arar em teu sulco, de possuir-te 
                   
                   de dançar ardiloso em teu altar 
                    e cavar tua caprichosa intimidade. 
                    O prazer absorto em teus olhos ciganos 
                    se dilata na imensidão do tempo, 
                    o mar encrespado chega submissa ao teu corpo 
                    umedece a rosa calcinada de teu horto 
                    a solidão obscena perturba o silêncio 
                    em tênues queixas que exala de orgasmos. 
                    El encantamento nos braços da sensual noite 
                    A caricia sutil       a agonia de tua voz 
                    O rito consumado       a nostalgia do adeus 
                    O prazer da carne adormece de gozo. 
                    
                  * 
                  VEJA e LEIA outros  poemas eróticos em nosso Portal: 
                  http://www.antoniomiranda.com.br/poesia_erotica/Poesia_erotica.html  
                  Página publicada em abril de 2024 
                  
  |